Pueblos de cuento, viñedos interminables y arquitectura típica con casas de entramado de madera y flores en los balcones. Esta región combina lo mejor de las culturas francesa y alemana, y se recorre con calma entre colinas, bodegas y callejuelas empedradas llenas de historia. Ademas tendremos el placer de degustar sus vinos y productos locales en una bodega con alma femenina.